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Desde la Geografía profesional de Castilla y León se han producido diversos análisis sobre la incidencia del COVID 19 en la sociedad desde el inicio de la pandemia, siempre teniendo en cuenta los datos oficiales, muchas veces condicionados por la saturación médica.
En este sentido, el geógrafo y profesor asociado en la Universidad de Valladolid, Alberto Merino, ha defendido desde el mes de marzo la restricción del contacto social, porque, a la luz del análisis estadístico, funciona. Por ello, opina que el endurecimiento de las medidas en el momento actual va a conseguir doblegar la curva, aunque cree que “se tardará algo más de un mes” atendiendo a los eventos pasados.
Para Merino, esta tercera ola tiene rasgos muy similares a los de la segunda, por ello señala que “si se analizan los datos desde que entraron en vigor el cierre de bares, centros comerciales, gimnasios hasta que la tasa llegó al mínimo transcurrió un mes y medio”, lo que para el geógrafo indica que será a finales del mes de febrero cuando se vuelva a alcanzar esa tasa mínima de contagios cuando se podrán volver a suavizar las restricciones, pero a su juicio “de forma más gradual para evitar una percepción de victoria que favorezca las reuniones y celebraciones”.
El profesor condiciona este pronóstico al hecho de que “se cumplan a rajatabla las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias”, porque, aunque entiende la urgencia y necesidad de muchos negocios, relajar las medidas demasiado pronto “derivaría en un nuevo aumento de casos”, concluye.
Alberto Merino (Geógrafo. Profesor asociado en la Uva. Miembro del la Delegación Territorial del Colegio de Geógrafos de Castilla y León)
